Viví un tiempo lejos de Dios, durante el cual llegué a pensar que Dios tenía cosas más importantes que hacer en el cielo y no se preocupaba por mí, era una gran mentira de Satanás. Sentí que tenía que aprovechar al máximo mi vida, pronto me tiré al mundo, empecé a beber bebidas alcohólicas para tener un cierto "coraje", usé marihuana para relajarme y sentir la "falsa paz", la falsa alegría. Sin embargo, en 2012, a través de una gracia recibida por mi hermano que estaba en serio problema de salud, ¡tuvo lugar mi conversión a Dios! No lo conocía antes, y es imposible amar a alguien que no conoces.
La sed de conocer me hizo ponerme en búsqueda de Dios, aun sin saber cuál era la vocación o la llamada, lo que más quería era servir al Señor. Un religioso que me acompañó en este tiempo, orando por mí, me dio este pasaje bíblico que he mantenido hasta el día de hoy: " Si hemos muerto con él, viviremos con él. Si hemos muerto con él, viviremos con él. Si renegamos de él, él también renegará de nosotros. Si renegamos de él, él también renegará de nosotros." (2Tm 2.11-13). Estas son palabras fuertes que dieron origen en mi corazón al deseo de corresponder al Señor, de hacer algo que le gustara a su corazón, de evangelizar, de contribuir a la salvación de las almas que corren el riesgo de perderse; ¡para hacer lo que él quería que hiciera!
Pero al mismo tiempo le pregunté: "¿Por cuál motivo llamar a una persona que tanto te ha ofendido y caminado por caminos equivocados?", y un buen día en la capilla, me respondió, al abrir la Biblia me salio el paso de la "Vocación de Isaías" donde el profeta afirmó de estar perdido porque era un hombre impuro que vivía entre un pueblo impuro, y sin embargo sus ojos vieron al Señor. Pero cuando la brasa tocó sus labios le quitaron el pecado, entonces la voz del Señor dijo: "¿A quién enviaré? ¿Y quién irá por nosotros? "E Isaías dijo: "¡Aquí estoy, envíame!" (Is 6: 1-9). Al oír su Palabra mi corazón estaba latiendo, en ese momento comprendí que el Señor me estaba llamando!
Algún tiempo después, con la gracia de Dios, conocí a la hermano Clara, de esta comunidad (psgm), que es mi guía espiritual actual y empecé a hacer discernimiento vocacional de una manera muy concreta, observando un consejo que ella me dejó: "no acontentarse sólo con "sentimientos", sino buscar signos claros para poder construir la propia llamada con una base sólida". Así, participé en el grupo "Discernimiento con María", fue un viaje de 6 meses propuesto por mi guía donde tratamos de hacer un camino de discernimiento vocacional con el santo rosario meditado, como san Juan María Vianney dijo: "La manera más segura de conocer la voluntad de Dios es orar a nuestra buena madre, María". En estos seis meses he recibido señales muy claras que me han hecho entender, con el corazón e inteligencia, que el Señor me llama a una experiencia más radical, a una vida religiosa consagrada asumiendo un estilo de vida pobre, casto y obediente, según el ejemplo de Jesús.
Como diría San Pío: "Dios quiere que tus miserias sean el trono de Su misericordia", si nos arrepentimos, independientemente de las dimensiones del pecado, la misericordia de Dios será cada vez mayor, porque Su amor no tiene límites. Aquellos que sinceremente buscan comprender y vivir la voluntad de Dios sin duda la encontrarán, independientemente del pasado que hayan tenido.
Una aspirante psgm
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