Después de unos meses de haber comenzado la experiencia con los "Pequeños Frailes y Pequeñas Hermanas de Jesús y María", tenía la certeza del llamado a la vida consagrada, pero aún no tenía la seguridad de que Dios me llamara específicamente a esta familia religiosa. Decidí entonces hacer nuevamente una oración al Señor; como de costumbre, busqué algún signo difícil de realizar, y se me ocurrió pedir que, si mi llamado era con los Pequeños Frailes y Pequeñas Hermanas de Jesús y María, - debía ser marcada en la frente con una señal de cruz, ¡pero no solo eso! Todo esto debía suceder dentro de un plazo bien específico. Los días pasaban y yo comenzaba a ser un poco escéptica, hasta que un día nos encontramos inesperadamente y "casualmente" en una parroquia a la que nunca antes había ido, para participar a la Misa. La iglesia estaba inusualmente vacía a pesar de que la celebración estaba a punto de comenzar, así que fuimos a la sacristía e, increíblemente, encontramos a todas las personas allí en fila para ser marcadas con la cruz en la frente con el óleo de los enfermos. ¡Imagínense mi asombro al ver eso! ¡Nunca me había pasado algo así! Así que ese día también recibí la señal de la cruz en la frente, justo como lo había pedido, y eso fue para mí un "fuerte de confirmación, gracias al cual entendí cada vez más que "nada es imposible para Dios"(cf. Lc 1,37), especialmente si lo que pedimos está dentro de sus planes para nosotros (cf. 1Jn 3,22). Este signo de bendición también fundamentó la elección de mi nombre religioso: Sor Benedetta, ¡con la esperanza de que mi vida entregada a Dios pueda ser cada vez más fuente de bendición para muchas almas!.
Haber comprendido claramente la voluntad de Dios sobre mí fue sumamente importante, porque esto permite, incluso en momentos difíciles y de prueba cuando mi humanidad se manifiesta, que siempre recuerde que Él, a pesar de todo, me ama y me ha llamado a esta comunidad de Pequeños Hermanos y Pequeñas Hermanas de Jesús y María, no tanto por mis habilidades y cualidades, sino para que entienda cada vez más que "en mi debilidad está Su fuerza" (cf. 2Cor 12,9) y la importancia de morir cada día más a nuestro yo (cf. Mt 16,24-25) para permitir que Él actúe en nuestra vida.
Sor BML
Comments