EN EL NOMBRE DEL SEÑOR,
Paz y bien a todos ustedes, amadísimos hombres y mujeres, jóvenes y adultos, o más bien, hermanos y hermanas en Cristo que curiosos como los niños (cf. Lc 18,17) están a punto de leer este testimonio de vida que espero les pueda ayudar a entender cómo Dios obra en la vida de cada uno de nosotros, la transforma y la renueva (cf. Ef 4,23).
De cero a los 40 años ...
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