En primer lugar, debemos aclarar qué es el amor de Cristo, para luego no separarnos de él. Nuestro Fundador, en una de sus meditaciones, responde a esta pregunta con varios pasajes bíblicos:
- "El amor de Dios consiste precisamente en que guardemos sus mandamientos". (1Jn 5:3)
- "Nadie tiene mayor amor que el que da la vida por sus amigos". (Jn 15:13)
- "'¿Me amas más que a estos?' ... Jesús le dijo: 'Apacienta mis corderos'" (Jn 21:15)
Así, a partir de estos pasajes hemos visto que, de manera concreta, el amor a Dios es OBSERVAR SUS LEYES, VIVIR PARA LOS DEMÁS, dedicarse a "ALIMENTAR SUS CABEZAS". ¿Qué nos separa de todo esto? ¿Tribulaciones? ¿La espada? No creo que la mayoría de las veces llegue a tanto.
Cuántas veces dices que amas a Dios, pero no buscas vivir lo que Él manda. Cuántas veces decimos que amamos a Dios, pero sin estar dispuestos a renunciar a nuestra propia voluntad para hacer la suya. Cuántas veces decimos que amamos a Dios, pero no hacemos nada para ayudar a otras almas a llegar al Cielo. Como dice San Juan: "Hijitos míos, no amemos de palabra ni de palabra, sino de obra y de verdad" (1 Jn 3,18).
¿Quién o qué nos separa del amor de Dios?
La respuesta depende de cada uno de nosotros.
Sr. CMC
Kommentare