Érase una vez un monasterio en el que había cinco monjes: el Hermano Masseo, el Hermano Ignacio, el Hermano Cosimo, el Hermano Nino y el Hermano Francisco. Durante muchos años estuvieron juntos, y por desgracia sucedió que -tras mucho tiempo de convivencia- se adormecieron un poco espiritualmente y empezaron a dejar de sopesar sus palabras y cuando hablaban se ponían espinas en la garganta, olvidando que está escrito: <<¡El charlatán corta como una espada! >> (Pro. 12,18).
El aire se había vuelto inaccesible. En cierto momento, el Hermano Nino acudió a un fraile sabio y pobre para pedirle dirección espiritual en este asunto. El hermano Nino se acercó entonces a este pobre fraile y le explicó el problema. El fraile, tras una profunda reflexión, le respondió: "Hermano Nino: te digo que en tu monasterio está escondido el Mesías".
Y diciendo estas palabras, el pobre fraile despidió a Fray Nino, quien, asombrado, regresó al monasterio y se preguntó: "¡Dios mío, el Mesías está escondido en el monasterio! ¿Podría ser Fray Masseo? Es un poco brusco, pero cuando lo necesito, siempre está disponible. O ¿tal vez, el Mesías se esconde en Fray Ignacio? Por supuesto, no es el mejor en las tareas materiales, pero debo admitir que cuando se trata de dar consejos espirituales ¡es realmente profundo! ¿O tal vez el Mesías se esconde en el Fray Francisco? Por supuesto, él es el superior y es estricto: ¡pero en verdad, cuando alguien admite que ha obrado mal, inmediatamente lo perdona con los brazos abiertos y gran misericordia! Etc...".
Entonces, mientras el Hermano Nino pensaba en todas estas cosas, llegó al Monasterio, e inmediatamente, cuando todos se reunieron, dijo: "¡El monje sabio al que he ido hoy me ha dicho que el Mesías está escondido en nuestro Monasterio!" Al oír estas palabras, cada uno de los monjes -como había hecho antes fray Nino- se puso a pensar: "¿Será fray Masseo? ¿O podría ser Fray Nino? ¿O podría ser Fray Francisco, etc.?"
Y desde aquel día, como cada uno de ellos trataba de ver al Mesías en el hermano que tenía al lado (cfr. Jn 14,23), dejaron de ponerse espinas en el corazón y vivieron en alegre fraternidad ....
Comments