top of page
Foto del escritorBlog PFSGM

El almendro que no quiso ser ayudado. A propósito de corrección fraterna, aunque si puede ser molesta

Actualizado: 25 jul



Alto y triunfante, bien recto y apuntando hacia el cielo, un almendro dominaba sobre el huerto.

Era feliz cuando los graciosos cotorritos de vivos colores y los azules elegantes y señoriales se posaban sobre sus ramas; hospedó con alegría a cardenales, ruiseñores y otros pájaros cantarines.

Pero un día se posó sobre una de sus ramas un pájaro carpintero. El pájaro apoyó la oreja a la corteza del árbol y percibió el hormigueo de las minúsculas pero voraces larvas que abundaban bajo la corteza. Metió su pico en el tronco del almendro, empezó a extraer las larvas y a devorarlas. El almendro precipitó en una oscura tristeza.



Aquel pobre pájaro, que rebusco con el pico en su corteza y arruinó su perfecta belleza, fue realmente insoportable. El soberbio almendro hizo de todo para echar al pájaro carpintero, que por fin un día voló fuera. De aquel momento las pequeñas larvas pudieron engordar en paz y lentamente invadiendo todo el tronco. Bastó un golpe de viento en una tarde y destrozo al orgulloso almendro.


Si alguien te da de <<picotazos bajo la piel>>, mostrándote defectos y faltas, no te enfades. Agradécelo.


Así está escrito:

<< … el que rechaza la reprensión se extravía.>>

(Pro 10, 17b)


<< El que rechaza la corrección se desprecia a sí mismo. >>

(Pro 15, 32)

39 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo

Comments


bottom of page