Muchas veces nos encontramos inquietos, sin la serenidad, sin paz o con poca paz, y tratamos de buscarla en tantas otras cosas o personas, o tratando de distraernos en otras cosas que el mundo nos ofrece, pero al final estamos igual o peor, con inquietud, ansiedad, desesperación etc. Esto puede ser debido a que estamos haciendo cosas que no son según la voluntad de Dios, que no son parte del proyecto de Dios (cf. Jer 29,11).
No por casualidad dice S. Josemaría Escrivá: No hay paz en muchos corazones, que intentan vanamente compensar la intranquilidad del alma con el ajetreo continuo, con la pequeña satisfacción de bienes que no sacian, porque dejan siempre el amargo regusto de la tristeza. (Josemaría Escrivá, Homilía Do. de Ramos, 4.05.1971)
Y, ¿qué podemos hacer a tal respecto?
<<Deténgase sobre los caminos y miren, pregunten a los senderos antiguos (a personas con experiencia según Dios) dónde está el buen camino, y vayan por él: así encontrarán tranquilidad para sus almas.>> (Jer 6, 16)
¿Dónde está el buen camino?
Dice Jesús: "Yo soy el Camino" (Jn 14,16), ¡«El Señor promete la paz […] para los
que se convierten de corazón!» (Sal 84,9)
«Porque Cristo es nuestra paz» (Ef 2,14),
«Les dejo la paz, les doy mi paz, pero no como la da el mundo. »(Jn 14,27)
Y ¿cómo tener esta paz que Cristo nos quiere dar? (hace notar mi padre espiritual P. Volantino): (Simeón) Conducido por el mismo Espíritu, fue al Templo… al ver al niño Jesús (con José y María) dijo: « Ahora, Señor,
según tu palabra, puedes dejar que tu siervo vaya en paz » (Cf Lc 2, 27-29)
Sí, según la Palabra de Dios, es decir esforzarnos por hacer según la Palabra de Dios, poniéndola en práctica en nuestra vida, quien al 30, quien al 60 y quien al 100%. Entonces experimentaremos esa paz o “Más Paz” que prometes a los que te siguen con todo el corazón, ya que también está escrito:
«Mucha paz tienen los que aman tu ley » (Sal 118, 165…)
Hna. Sara M. A.
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