¿Has pensado alguna vez en cómo discernir el Carisma? ¿la comunidad adecuada? A veces puede parecer una obviedad, pero lo cierto es que discernir el carisma exige desprenderse de los propios deseos, y también del modo de pensar. Hay muchos jóvenes, y yo fui uno de ellos, que eligen la comunidad más cercana a su casa, o porque les gustan esas hermanas, o porque es más fácil, menos radical, para algunas propuestas, pero la verdad es que la Propuesta que realmente debería importar es la de DIOS.
Si estás en un camino de discernimiento del carisma según tu corazón, detente, piensa y pregunta al Señor, qué comunidad desea su Corazón, qué comunidad te ha preparado. El sentimiento de quien toma el camino que ha deseado y no según Dios, no es nada agradable, lo puedo atestiguar por experiencia personal. Ahora el sentimiento de quien está en la voluntad de Dios, es magnífico, lo son: PAZ, ALEGRIA Y FUEGO EN EL CORAZÓN, como nos recuerda Fray Volantino, fundador de la comunidad pfsgm. Sí, es posible sentir estos tres elementos juntos y con una fuerza que aumenta, cada vez que das un paso hacia la voluntad de Dios.
Si tienes miedo y piensas que no podrás vivir este carisma, así dice San Pablo: "Porque yo soy el más pequeño de los apóstoles, y no soy digno de ser llamado apóstol, porque perseguí a la Iglesia de Dios, pero por la gracia de Dios soy lo que soy, y la gracia que me ha dado no ha sido en vano. Al contrario, los he superado a todos; no yo, sino la gracia de Dios que está conmigo". (1Cor 15, 9-10) Realmente no podemos hacerlo solos, pero con nuestra buena voluntad y la gracia de Dios podemos hacerlo todo.
Los gustos, las promesas, los sueños y los proyectos, si no están de acuerdo con la voluntad de Dios, nos harán felices por muy poco tiempo; nuestra voluntad no es correcta. Así dice San Agustín: "Si pones un tronco torcido sobre un suelo nivelado, no cabrá, no se adaptará. La voluntad de Dios es recta; la tuya es torcida. ¿Te parece que la voluntad de Dios está fuera de lugar porque no puedes encajar en ella? Haz el tuyo recto, no quieras doblar el suyo. ¿Quieres que haya unión? Hazlo bien". Realmente no es sencillo y no es fácil dejar nuestras voluntades para hacer la voluntad de Dios, pero la promesa de Dios es fiel, es eterna, es verdadera, como nos recuerda San Alfonso: "Si estamos unidos a la voluntad divina en todas las tribulaciones, es seguro, nos haremos santos y seremos los más felices del mundo".
Vocación Rita
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