"¡Soy llamado a la vida religiosa! ¡Voy al convento!". ¡Un momento! ¿Alguna vez le has preguntado a Dios qué comunidad quiere para ti? En efecto, está escrito
<<Sin la ciencia, ni el mismo celo es bueno,
y el que se precipita malogra su intento>> (Pr 19,2).
Como nos hizo ver nuetra madre general, el Libro de Proverbios nos dice que el celo por Dios y su Voluntad es bueno si va acompañado de conocimiento, de lo contrario nuestro camino, además de apresurado, podría ser "precipitado". Como diría nuestro fundador, debemos ser como la Virgen que se apresuró en ponerse en camino para seguir la voz del Señor. Sin embargo, sin olvidar que ya sabía en qué dirección ir: la casa de su prima Isabel. La dirección que el ángel ya le había indicado.
María nos enseña el camino para seguir la voz del Señor: caminar con celo, pero conociendo la dirección, rápidamente, pero sin precipitar. La elección de la comunidad para donar nuestra vida debe hacerse de la misma manera, porque como hemos dicho antes, la vocación no es una elección, sino una llamada.
¿Cómo estás discerniendo la dirección de tu viaje? ¿Sólo con celo? ¿O también con conocimiento? ¿En modo precipitado o en una "santa prisa"?
Sé rápido, pero ten cuidado. Segue la voz de Dios con conocimiento, no sólo con sentimiento. ¿Ya sabes la dirección? ¡Corre, no pierdas tiempo!
Hna. CMC
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