Un viejo sabio les preguntó una vez a sus alumnos de qué cosa se pudiera reconocer el momento preciso en que acaba la noche e inicia el día.
"¿Quizás de cuándo se puede distinguir con facilidad a un perro de una oveja?"
"No propio", dijo el sabio.
"¿Cuándo se distingue un árbol de dátiles de un árbol de higos?"
"No propio", repitió al sabio.
"¿Pero cuándo es, entonces?" preguntaron los alumnos.
El sabio contestó:
"Es cuando mirando el rostro de persona cualquiera, tú reconoces a un hermano o una hermana. Hasta aquel punto, todavía es noche en tu corazón".
"El que dice que está en la luz y no ama a su hermano, está todavía en las tinieblas. El que ama a su hermano permanece en la luz y nada lo hace tropezar. Pero el que no ama a su hermano, está en las tinieblas y camina en ellas, sin saber a dónde va, porque las tinieblas lo han cegado." (cfr 1 Jn 2,9-11)
Comments