A proposito de ser sencillos: El filósofo "inteligente" y el barquero

Había una vez un filósofo que se pasaba todo el tiempo leyendo y estudiando "interminables" libros de filosofía, etc., y acabó perdiendo de vista el camino de la sencillez (cf. Mt 10,16) y se volvió todo complicado y cerebral. Un día se encontró a orillas de un río y tuvo que cruzar a la otra orilla, así que empezó a devanarse los sesos: " Entonces, tengo que cruzar a la otra orilla: ¿cómo lo hago? ¡Claro!, tengo una idea Tengo una idea ingeniosa: necesitas madera, porque la madera tiene un peso específico menor que el del agua. que el del agua. Así que si tomo una masa homogénea de madera y la pongo en agua, flota. Y así se hace un barco'. Y después de todo este complicado razonamiento el filósofo llamó al barquero:

"¡Barquero!, ¡barquero!". El barquero -remando- fue hacia él. El filósofo subió a la barca y le dijo: "Barquero, puesto que lo específico de la madera es menor que el del agua, entonces -según esta ley física- la madera por encima del agua flota, entonces con esta barca podré llegar a la otra orilla: ¡vamos, llévame a la otra orilla!". El barquero le miró estupefacto y le dijo: "¿Pero es necesario hacer todo este razonamiento para entender que quiere la barca?".Y el barquero -con aire intelectual- dijo: "Sí, carissimo: esto se llama¡ filosofía, y yo soy un filò - sofòs! Pero, ¿sabes lo que es la filosofía? El barquero respondió: '¿Filosofía? ¡No, no sé lo que es la filosofía! El filósofo replicó: "¡Grave!, ¡te has perdido media vida!". El simple barquero, más dudoso que persuadido, bajó escépticamente la cabeza, como diciendo: "¡Pero!, ¡si tú lo dices!".

Pero en cierto momento, mientras cruzaban el río y el barquero remaba, se desató una violenta tormenta: las olas se hicieron enormes, la barca se bamboleaba a derecha e izquierda y se llenaba de agua. La situación era grave. Para salvar el pellejo ¡era saltar al río y nadar! Entonces el barquero miró fijamente al filósofo y le dijo: "¿Sabes nadar?". El filósofo le contestó: "¿Nadar? No, no sé nadar!". Entonces el barquero le replicó: "¡Grave! has perdido no sólo la mitad de tu vida, ¡sino toda tu vida!" y el barquero -diciendo esto se tiró al agua y empezó a nadar ....