La búsqueda de la vocación es, sin duda, una aventura.
En este camino de descubrimiento nos encontramos con muchos obstáculos. Una necesidad existente en el entorno vocacional es precisamente el Director/Guía Espiritual. Encontrar a alguien que le guíe no es una de las tareas más sencillas, pero San Francisco de Sales nos consuela diciendo: "Sí es importante, Filotea, tener un guía experimentado en los caminos de la devoción, pide a Dios con fervor que te envíe uno según tu corazón y no dudes ni por un momento que te enviará un director sabio y fiel, aunque sea un ángel, como hizo con el joven Tobías". (Francisco de Sales, Filotea, capítulo IV).
En medio de las incertidumbres y del miedo a dar pasos firmes hacia la voluntad de Dios, ¡he aquí que el "ángel" se me apareció!
Conocí a la hermana Clara a través de un perfil en Facebook, y por curiosidad quise saber quién era. Al principio le hice algunas preguntas básicas, intercambiamos algunos mensajes, hasta que se estableció el contacto. Poco a poco le conté el viaje que había hecho y las dificultades a las que me enfrentaba. Ella, a su vez, me aconsejó que buscara a alguien que me ayudara en este proceso de discernimiento. Ya tenía en mente a alguien que pudiera realizar esta función, pero no tuve éxito. La hermana Clara, que respondía diariamente a mis mensajes, me explicó que el Guía Espiritual no es necesariamente alguien con quien tengamos un vínculo emocional, no soy yo quien elige, sino que es Dios mismo quien guía y hace ese "vínculo" entre el Guía y el alma que busca orientación. ¡Esto sucede a través de la oración!
En ese momento, me di cuenta de que la persona que Dios había elegido para ayudarme ya estaba ejerciendo su función cada vez que me guiaba, aconsejaba, escuchaba y confrontaba mis ideas. Cada intercambio que hacíamos servía de confirmación. Las explicaciones que recibía se basaban siempre en la palabra de Dios, por lo que me aconsejaba meditar, reflexionar sobre la forma en que Él nos habla a través de las Sagradas Escrituras. Y así empecé a hacer...
Una vez, tuve un sueño muy interesante, en el que la hermana simplemente me preguntaba si la "medicina" que me había indicado tenía efecto en el "tratamiento".
Y una vez más San Francisco de Sales nos explica: "Él (el guía) nos dará consuelo para aliviar nuestras caídas y nos dará la medicina más necesaria para la perfecta curación de nuestras enfermedades espirituales". Y como está escrito: "No fue una hierba o un ungüento lo que los curó, sino tu palabra que todo lo cura, Señor" (Sab 16,12). Este sueño, visto a la luz de las palabras bíblicas y de los escritos de San Francisco, me sirvió para reconfirmar que esta hermana era realmente la guía que el Señor quería para mi camino vocacional.
Así, con la gracia de Dios y la ayuda del Director/Guía Espiritual, es posible caminar de forma segura y confiada, crecer en el autoconocimiento, ver con más claridad el camino que estamos recorriendo y, sobre todo, dar pasos concretos en lo que Dios nos indica que es su Voluntad para nosotros.
"El valor es ir con miedo" (Santa Edith Stein)
Una vocación
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