Jesús en el Evangelio dice:
«El Reino de los Cielos se parece también a un negociante que se dedicaba a buscar perlas finas; y al encontrar una de gran valor, fue a vender todo lo que tenía y la compró» (Mt 13, 45-46).
Pero, ¿qué podría representar esta perla? Según las palabras de Jesús, es algo de tan alto valor que para conquistarla es necesario incluso vender todos las propias posesiones. También en otro pasaje el Señor expresa la exigencia de vender todo, y es decir cuando explica al jovén rico cómo llegar a la perfección. De hecho dice: «Si quieres ser perfecto,.. ve, vende todo lo que tienes y dalo a los pobres: así tendrás un tesoro en el cielo. Después, ven y sígueme» (Mt 19, 21). Por lo tanto, al comparar estos dos pasajes de San Mateo, parecería que la perla de gran valor podría corresponder a la “perfeción evangélica” (cf. Mt 5, 48), la que se puede llegar - en diferentes grados - dejando y vendiendo todo, para después seguir a Cristo (cf. Lc 14, 33) en un camino gradual de imitación y de conformación a Él, donde al 30, donde al 60 y donde al 100 por uno (cf. Mc 4, 20), cada uno según su propia llamada específica. De hecho, hablando de diferentes grados de perfección, así también decía Santa Teresita de Lisieux, Doctora de la Iglesia:
«Comprendí que en la perfección había muchos grados, y que cada alma
era libre de responder a las invitaciones del Señor y hacer poco o mucho por él,
en una palabra, de escoger entre los sacrificios que él nos pide»[1].
¡¡Que el Señor pueda donar a cada uno de nosotros, cada vez más, la sabiduría de saber elegir y conquistar en esta vida, lo que realmente vale y nos dará un tesoro en el Cielo por la eternidad (cfr. Mt 6, 20; Ef 1, 18)!!
Hna. VMD
[1] SANTA TERESITA DE LISIEX, Historia de un alma, Manuscrito A, Cap I.
Commentaires