La dirección espiritual es uno de los aspectos fundamentales para el discernimiento de la vocación, pero como hemos dicho en artículos anteriores, esto no debe ser el resultado de una simple elección personal, sino de la respuesta de Dios. Sólo Dios, que nos conoce mejor que nadie, sabe quién es la persona adecuada para guiar nuestra alma hacia su Divina Voluntad.
¿Cuál sería la consecuencia de elegir a una persona inapropiada?
Piense en el director como alguien que conduce el "coche de nuestra alma". ¿Puede un conductor de autobús conducir un barco? ¿O puede un marinero ponerse al volante de un avión? Esto no significa que uno u otro no sea bueno, simplemente están calificados para conducir diferentes medios de transporte. En cierto sentido así son las almas, cada una con una misión diferente y específica, la ruta tomada por un barco no es la misma que la de un avión.
Concluyo con un pequeño testimonio personal.
Cuando estaba discerniendo y pensando en quién podría ser mi director espiritual tenía algunas hipótesis, pero gracias a Dios, recibí una señal que me llevó a mi guía. Sin embargo, una vez, mientras hablaba con otra persona (que para mí era una fuerte posibilidad de ser mi guía) y le conté sobre mi discernimiento y los signos de mi vocación, el consejo que me dio fue lo opuesto a lo que yo estaba haciendo, a tal punto que me aconsejó de no hacer la experiencia vocacional, incluso con todas las señales que el Señor me había dado. Me quedé un poco sorprendida por ese diálogo, pero agradecida a Dios por haberme indicado quién era la justa guía para mí, de lo contrario podría haber perdido la dirección justa o perder más tiempo para encontrar el objetivo.
Si quieres ver los 4 signos bíblicos para discernir la vocación
puedes leer el siguente artículo:
Hna. CMC
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