En octubre de 2019, durante un fin de semana en Ozieri (SS), tuve un sueño simple que me ayudó a comprender cada vez más mi vocación y que podía predecir mi futuro nombre como persona consagrada: en el sueño abría un libro con la ilustración de San Francisco de Asís y con algunos frailes con rostros alegres, y oí una voz que me decía: «¡Encontrarás tu “alegría” en una Orden Franciscana!».
A partir de ese momento comencé a encontrar con frecuencia cosas o frase que tuviera que ver con la alegría, en particular me llamó la atención una de las canciones escritas por Fray Volantino, titulada en hebreo "Innenì Adonai" (Aquí estoy, Señor), cuyas palabras me habían conmovido: «Se dice que en tu Querer hay alegría, la verdadera; luché por encontrarla y ahora está también en mí...». - El 2 de marzo de 2020, durante una visita de Fray Volantino a la comunidad, sin saber nada de esto, me dijo que me quedaría bien Sor Gioia, ¡como nombre religioso! ¡Pero no ha terminado! Ni siquiera a propósito, tiempo después, un obispo emérito que vive en Ozieri que, después de haberme confesado, me dijo más o menos que con la sonrisa que me caracterizaba, con la gracia de Dios y mi buena voluntad, podría traer la alegría de la Palabra de Dios en los caminos del mundo.
Ahora estaba claro que el Señor quería este nombre, pero la confirmación llegó el 5 de mayo de 2020, de un lindo evento que Dios había permitido: durante una llamada telefónica de Fray Volantino a la hermana Stella, preguntando cómo estaban las jóvenes en experiencia y escuchando que yo estaba alegre, volvió a reiterar que para él el nombre Sor Gioia era el indicado para mí y justo en ese momento, mientras decía esto por teléfono, vio pasar un camión con la inscripción: ¡Adriana! Que era mi antiguo nombre, como para decir que realmente debería haber pasado de ser Adriana a Sor Gioia. ¡Y así fue!
Sor Gioia Maria
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