El guía espiritual o director espiritual es un componente fundamental en el discernimiento vocacional. Por lo tanto, es necesario saber reconocer a la persona adecuada, de modo que esta decisión sea el resultado no sólo de una elección humana sino de la respuesta de Dios; de lo contrario, el director podría hacer más daño que bien. Como afirma el Catecismo de la Iglesia Católica,
«El Espíritu Santo da a ciertos fieles dones de sabiduría, de fe y de discernimiento dirigidos a este bien común que es la oración (dirección espiritual). Aquellos y aquellas que han sido dotados de tales dones son verdaderos servidores de la tradición viva de la oración: Por eso, el alma que quiere avanzar en la perfección, según el consejo de san Juan de la Cruz, debe “mirar en cuyas manos se pone, porque cual fuere el maestro tal será el discípulo, y cual el padre, tal el hijo”. Y añade que el director: “demás de ser sabio y discreto, ha de ser experimentado. [...] Si [en el guía] no hay experiencia de lo que es puro y verdadero espíritu, no atinará a encaminar el alma en él, cuando Dios se lo da, ni aun lo entenderá”.»
(CEC 2690)
Desde el momento en que es así, ¿cómo podemos reconocer al guía espiritual que debe guiar nuestra alma? Aquí alcunos puntos claves del fundador de nuestra comunidad, siguiendo la Palabra de Dios:
1. A través de una vida que es sumamente coherente con la Palabra de Dios, en la cual esta persona se distingue de las demás, ya que está escrito: “Soy más inteligente que los ancianos, porque observo tus preceptos." (Sal [118],100).
2. A través de las palabras que son sólidamente fundadas en los Evangelios (cf. Jn 3, 31.34) y particularmente sabias (cf. Lc 1, 29), ya que está escrito: “la sabiduría se reconoce en las palabras” (Cf Si 4,24).
3. A través del fuego en tu corazón - ¡como los discípulos de Emaús... Amén!
(cf. Lc 24, 32).
4. A través de una intuición (de estilo evangélico), resumida en Cristo y en la experiencia de la Iglesia romana (cf. SLC), cómo la esposa de Poncio Pilato (por ejemplo) reconoció al Hombre Justo a través de “un sueño” (Mt 27, 19) y los discípulos vieron la visión en el Monte Tabor (Mt 17,9) ¡donde el Padre Eterno les dijo quién debía ser su guía espiritual!
Si todas estas caraterísticas están presentes en alguien y el Señor te da una señal de confirmación, entonces puedes confiar tu corazón en las manos de esa persona y dejarte guiar con docilidad, con la finalidad de alcanzar - más rápidamente y con certeza - ¡el plan que Dios tiene para ti! Como afirma San Josemaría Escrivá, “Recibe los consejos que te de en la dirección espiritual, como si viniesen del mismo Jesucristo”.
(San Josemaría Escrivá, Forja, n. 125)
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