El discernimiento vocacional es una fase fundamental en la vida de una persona, una fase que todos deberían atravesar. Cada cosa creada tiene un objetivo específico, y es precisamente esto lo que da sentido a su existencia: esto es verdad para las criaturas de Dios así como lo es para las invenciones humanas.
"¿Qué es? ¿Para qué sirve?" son dos preguntas que nos hacemos cuando vemos algo y no conocemos su función. Si pensamos en los objetos más simples de la vida cotidiana, todos tienen un propósito y un objetivo particular; un tenedor no es una taza, una toalla no es una silla. ¿No sería tonto beber agua con un tenedor? Hay cosas diferentes, diferentes creaciones, diferentes propósitos y funciones.
Todas estas cosas, sin embargo, mientras contribuyen a nuestra vida cotidiana, son cosas corruptibles que tarde o temprano pasarán. Pero el ser humano es el ápice de la creación de Dios: ¿cuán grande e importante debe ser la misión que el Señor tiene en mente para cada uno de nosotros? ¡Solo esta misión dará pleno sentido a nuestra breve existencia en esta tierra!
" Él nos ha dado a conocer el misterio de su voluntad según el benévolo designio que él se propuso de antema para realizar en la plenitud de los tiempos: el diseño es decir de recapitular en Cristo todas las cosas, las del cielo y las de la tierra." (cf. Ef. 1, 9-10). ¡Este pasaje reflexiona sobre el proyecto de “recapitular en Cristo todas las cosas!" - la misión de cada persona pasará siempre a través de la imitación de Cristo. "A esto han sido llamados, porque también Cristo padeció por ustedes, y les dejó un ejemplo a fin de que sigan sus huellas." (1P2, 21), cada uno según el grado de su don y de su llamada. ¿Y tú? ¿Cuánto estás dispuesto a dar?
Concluiré con una breve meditación de nuestro fundador, el cual afirma que todos somos peregrinos en esta tierra: "Peregrino - dice - recuerda que se nace y se muere para hacer dos cosas: creer en Dios y hacer gradualmente su voluntad. Todo lo demás es vanidad." ¡Este es el sentido de nuestra vida!
Sor CMC
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