OCTAVA ESTACIÓN: JESÚS CONSUELA A LAS MUJERES DE JERUSALÉN

Del Evangelio según S. Lucas:

«Le seguía (también) mujeres que se dolían y se lamentaban por él. Jesús se volvió a ellas y les dijo: “Hijas de Jerusalén, no lloren por mí... Porque si en el leño verde hacen esto, en el seco ¿Qué se hará?”». (cf. Lc 23, 27-28.31)

Meditación:

Señor, proponemos con tu santa ayuda de no ofenderte más con nuestra insensibilidad, cuando pases sediento, hambriento, enfermo y burlado en el hermano necesitado... y a menudo permanecemos indiferentes... Danos en cambio la gracia de ver tu verdadero rostro… especialmente en quien sufre y ha sufrido sin medida a causa de la justicia.

De las Enseñanzas de la Iglesia Católica:

A propósito de los sufrimientos que pueden poner a prueba nuestra fe, así dice el Catecismo de la Iglesia Católica: «Las experiencias del mal y del sufrimiento, de las injusticias y de la muerte... pueden estremecer la fe y llegar a ser para ella una tentación. Entonces es cuando debemos volvernos hacia los testigos de la fe (como por ejemplo los mártires y los santos)». (CCE 164-165)