Pensar en el nombre religioso siempre ha sido un motivo emocionante y alegre, pero al mismo tiempo me preguntaba "¿Qué nombre podría tener más fuerza que el nombre de mi Patrona: Santa Rita de Casia?".
Lo pensé muchas veces, pero pronto deseché las ideas, para mí ningún nombre podía sustituirlo. Un día, hablando con mi guía espiritual, me dijo que mi nombre religioso podía ser Paula. Y en ese momento, ¡mi corazón ardió! Hubo un gran salto de aquel estado frustrante y triste en el que me encontraba, a una paz, una alegría y un fuego en mi corazón que nunca había sentido tan fuertes juntos. Algún tiempo después, tuve un sueño: me encontraba con la Hermana que me acompañaba en un viaje, y entonces le pregunté: 'Hermana, sólo por curiosidad, ¿cuántas jóvenes de Brasil piensa ingresar en los seis meses?' Ella sonrió, y dijo un número muy alto, que no recuerdo, pero recuerdo mi reacción de sorpresa y dijo: 'coloca ahí el nombre de una más, Rita de Cassia, o si lo prefiere Paula María' sonreímos y me desperté.
Pasaron los meses, luego vinieron las crisis y los miedos, un día hablando con Sor Diletta, era el 13 de mayo, me dijo: 'si no estás segura, pide una señal, pero una que luego no dudes, anótala y espera'. Ese día comenzó la novena a Santa Rita de Casia, fui a misa e hice mi novena y mi petición. Señor, si esta es la comunidad, si quieres que sea una hermanita de Jesús y de María, dame una vida nueva, dame un nombre nuevo, dámelo, Señor, si es tu voluntad, por intercesión de santa Rita de Casia.
Terminé la novena a Santa Rita un poco decepcionada conmigo misma por no haber cumplido el propósito de la novena, y porque no había recibido ninguna señal, esa noche para mi sorpresa tuve un sueño hermoso: "que estaba en un lugar y estaba con una amiga que se llama Paula y me dijo: '¡qué alegría, has recibido mi nombre como tu nombre religioso... joven, sé como Pablo, evangelizando hasta en los momentos más difíciles, evangelizando a todas las personas... evangelizando hasta la muerte! incendia el mundo', en ese momento apareció Sor Clara y dijo: 'vamos Paula Maria'. Y entonces me desperté". Te puedes imaginar mi alegría, el Señor me dio un nuevo NOMBRE, respondió a mi petición. Aquella mañana compartí mi sueño con Sor Diletta y ella me dijo que había pensado en este nombre para mí. Sí, era el 22 de mayo, día de Santa Rita de Casia, mi onomástico. El gran detalle es que sor Diletta no conocía el nombre de "Paula", no sabía qué signos le había pedido al Señor, yo en Brasil y ella en Italia. Recibí las señales por intercesión de mi querida Patrona, oh, qué alegría, a partir de entonces no hubo más dudas, Dios me llamaba a esta experiencia, el Señor me dio una nueva vida, un nuevo nombre, una comunidad Religiosa, y no dudé que también Santa Rita estaba contenta conmigo.
Rita – en experiencia PSGM.
Comentarios