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Mi primer peregrinaje de total providencia

Me gustaría compartir con usted una hermosa señal de que recibí un día antes de hacer mi primera peregrinación de total providencia.

Fue un día que estuve con los pensamientos agitados, tenía miedo y muchas preocupaciones, estaba también mucho ansiosa. Mi mayor miedo era de no lograr de vivir la radicalidad e tener una crisis durante la peregrinación. O aun con mía dificulta de rodilla, pensaba en los dolores, en no lograr de caminar mucho o nada, pensaba que no podría vivir esta experiencia, no podría vivir este carisma, en esta comunidad.

Después de un tiempo, caminando de un lado a otro, pensé en decir que no quería ir a la peregrinación, porque estaba muy asustada, pero antes de hablar con alguien al respecto, pasé por la capilla, y dije: «Señor, ayúdame, no lo sé cómo hacer» y luego fui a la celda y Tomó el “Sagrado” Pasaporte para echar un vistazo, y pensé: "Déjame ver lo que encuentro aquí" y ver lo que podía entender (porque está en italiano) y lo abrí al azar, y salí en un dibujo que habla de "Santa” Partida!" (pag. 1). Intento leer lo que es Escrito y veo en negrita «Coraje, ultrapase la línea de partida». Y luego empiezo a verificar los pasajes bíblicos que tiene en el dibujo y el primero que vi, llamó mi atención, Eclesiástico 4,17-18 dice: «Disimulada caminaré con él, comenzaré probándolo con tentaciones; ¡cuando su corazón se entregue a mi volveré a él para guiarlo y revelarle mis secretos».


Mamá mía! pronto sentí un fuego en el corazón y sé que el Señor respondió a mi grito por ayuda, dándome seguridad a través de esto. Paso bíblico, y esa noche también recibí la exhortación y la bendición de nuestro Padre Volantino Fundador, después de eso, podría irme con el corazón tranquilo y en el camino al abandono.

Mi primera experiencia de peregrinación de 10 días que atraviesa a Italia, fue completamente hermosa, una fuerte viviente del carisma y puede sentir la providencia de Dios que cuida cada detalle que no había tiempo para preocupaciones inútiles y sufrimientos exagerados.


Y terminé compartiendo el último paso que encontré, el día de la peregrinación por la mañana, recibí el pasaporte sagrado para llevar conmigo y cuando abro la portada, este «dichoso que encuentra en Dios su fuerza y decide en su corazón el “santo viaje”» (cfr. Sal 83,6).


Aspirante Rita

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