DUODÉCIMA ESTACIÓN: JESÚS MUERE EN LA CRUZ

Del Evangelio según S. Lucas:

«El velo del santuario se rasgó por el medio. Jesús, gritó con voz fuerte: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”. Dicho esto, expiró». (Lc 23, 45-46)

Meditación:

Señor, danos la gracia de poder ser obedientes al Padre como Tú, Palabra de Dios Viviente, clavada sobre las dos tablas de la Cruz, un poco como los Diez Mandamientos esculpidos en las dos tablas de la Ley.

De las Enseñanzas de la Iglesia Católica:

A propósito de tratar de morir a nosotros mismo para dar frutos espirituales, así dice San Buenaventura: «Si queremos recibir el fruto del árbol de la vida junto con Cristo, que murió en la cruz por nosotros, debemos ser crucificados con Él… por lo tanto, si quieres dar frutos espirituales, debes morir en la carne». (BUENAVENTURA, en Of. de Lect., 12 de enero)